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¿Por qué nuestras acciones no coinciden con nuestros deseos?

Tenemos motivaciones que desconocemos.

Es muy distinto lo que decimos que queremos en comparación a lo que hacemos.

En sesión, muchas personas manifiestan su deseo de entrar en una relación de pareja estable. Sin embargo, cuando en la segunda sesión indagamos en sus relaciones de pareja, nos damos cuenta de que sus acciones no concuerdan con lo que, al menos a nivel consciente, desean. Nos encontramos con situaciones como:

  • Amores a distancia
  • Amores platónicos
  • Amores prohibidos (con personas que ya están en una relación, ex de amigos u otros)
  • Ex idealizados imposibles de superar (olvidando todo lo malo y maximizando lo bueno)
  • Permanecer en relaciones que saben que no van a ninguna parte

Quizás has estado en alguna de estas situaciones alguna vez, pero si estas se presentan de manera crónica, probablemente, en tu interior, no tengas ganas de estar en una relación. Todas tus acciones comunican que estás rechazando la posibilidad de crear un vínculo seguro, sano y estable con alguien más (esto es muy común en el apego evitativo).

Para entender el porqué de esta situación y descifrar qué te lleva a este nivel de incoherencia, es necesario tomar nuestro traje de detective e ir a mirar nuestras motivaciones inconscientes, como las lealtades familiares.

La gran mayoría de nosotros, o al menos la gran mayoría de personas que me leen o toman sesiones, quieren construir una relación de pareja estable y formar una familia. Sin embargo, toman sesión porque algo falla, algo los lleva a encontrarse con relaciones como las antes mencionadas, así como también con personas que no quieren un compromiso, personas violentas, infieles, con problemas de celos, etc. Y una serie de otras situaciones que parecieran ser crónicas. Aquí es cuando entra la pregunta principal: ¿por qué esta persona quiere, inconscientemente, relacionarse de esta forma?¿Dónde está la coherencia?

La respuesta a esa pregunta está en la propia historia familiar. Por ejemplo, en una familia en donde el padre abandona a su pareja y a sus hijos para irse con otra persona, queda un vacío. Alguien debe hacer el paternaje de esos hijos. A veces lo hacen los abuelos, un tío o una nueva pareja, pero generalmente, quien termina asumiendo el paternaje de esos niños abandonados por su padre es el hermano o hermana mayor.

Sin ser conscientes, alguien debe responder a las necesidades del sistema familiar, por lo que este hermano o hermana cargará con la responsabilidad de asumir un rol paterno con sus hermanos menores y además, de asumir un rol de igual a igual con la madre, siendo una especie de “marido simbólico” de la madre.

Podemos imaginar lo difícil que es asumir todas esas responsabilidades y cargas siendo un niño o un adolescente. Pero eso no es todo, lo peor viene en la adultez. Cuando este hermano crezca y decida buscar pareja y/o formar una familia, es bastante probable que no pueda o que constantemente se esté autosaboteando ¿Por qué? Porque hay una motivación interna, llamada culpa, que le dice constantemente que él no debe vivir su vida, sino reemplazar a su padre, seguir haciéndose cargo de sus hermanos y que su rol es estar al lado de la madre, no con otra persona.

Una persona con esta historia puede parecer alguien con “apego evitativo”, pero detrás de ese tipo de apego hay historias muy dolorosas que hacen que sea coherente rechazar todo tipo de relación al considerarlas una carga.

Afortunadamente, todo esto se puede revertir, pero para esto, como dije en la newsletter anterior, debo conocer el origen del problema.

Todos nuestros pensamientos, emociones y formas de “ser” tienen una explicación. Todo lo que hacemos es total y absolutamente coherente con lo que se vivió en nuestra familia y que, por ende, vivimos nosotros también.

Descifrar estas motivaciones (lealtades) invisibles es una de las claves para volver a elegir la vida que queremos, en vez de continuar reproduciendo la que debemos (al sistema familiar, social, cultural, religioso, etc.).

En resumen, a través de este escrito te invito a preguntarte: ¿qué es lo que te empuja al conflicto que estás experimentando actualmente? Por alocado que suene, ¿por qué razón querrías consciente o inconscientemente experimentar este conflicto?

Gracias por leerme,

Buen domingo.

Imagen del autor

Quién soy yo?

Soy Ignacio Urzúa, y me dedico a algo muy simple, pero poderoso: ayudarte a soltar el peso que no es tuyo. Trabajamos juntos, uno a uno, para desarmar patrones y creencias que vienes cargando desde tu infancia y que hoy te frenan. Esos bloqueos que sabotean tus relaciones, tu tranquilidad y hasta tu autoestima tienen un origen, y mi trabajo es acompañarte a encontrarlo y liberarlo.

No te prometo milagros, pero sí claridad. Mis consultantes suelen decir que estas sesiones son como quitarse una venda de los ojos: descubren cómo la historia familiar que cargaban estaba dictando sus decisiones y repitiéndose en su vida. Si estás listo para dejar de pelear con el pasado y empezar a vivir la vida que quieres en vez de la que quieres, aquí estoy. 

Formación integral en Transgeneracional

Llega a la raíz de los conflictos emocionales que te frenan y aprende a guiar a otros en su sanación. Aquí no hay atajos, solo herramientas reales para transformar vidas, empezando por la tuya.

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