La raíz del problema no es tu pareja.
Es tu infancia y tu historia familiar.
Si los libros de autoayuda funcionaran, ya habrías sanado.
Si conversar sobre tu semana fuera suficiente, ya habrías roto el ciclo.
Pero aquí estás. Repitiendo. Dudando. Agotado.
Repitiendo una historia que no es tuya.
Sanar no es un misterio. Es ir a la raíz del patrón que maneja tu vida.
Sanar no es entender por qué te pasa.
Es dejar de repetir lo mismo, aunque duela.
Aunque te incomode dejar de complacer.
Aunque tengas que tocar la herida que evitaste toda tu vida.
Sobre todo esos patrones que repites en pareja, sin importar con quién estés.
En Escritos voy al grano a:
Cómo recuperar tu libertad de elegir en vez de seguir repitiendo lo mismo.
Por qué sigues atrapado en los mismos ciclos.
Para qué sirve sanar a tu niño interno y cómo dejar de vivir desde esa herida.
Si ya te cansaste de repetir lo mismo siempre y quieres respuestas reales, sin adornos y sin cuentos…
Suscríbete a Escritos y empieza a romper el patrón.