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La ciencia oculta del amor

¿Existe una ciencia para el amor? La verdad es que sí y se conoce como teoría del apego. Te comparto un poco sobre ella en esta pequeña guía.

Qué es el apego:

El apego es una teoría que surge del estudio de los comportamientos que tienen los niños y niñas al estar en una situación de estrés, peligro o malestar emocional, como puede ser estar alejado de su madre unos minutos.

Al desarrollar esta teoría se dieron cuenta de que existían cuatro tipos de apego, de los cuales habían tres que eran los más comunes; apego seguro, ansioso y evitativo que tenían que ver con la respuesta que los niños y niñas ejercían al separarse de quien ejercía la crianza.

A grandes rasgos pudieron identificar que los niños con apego seguro lloraban al separarse de la madre, pero al poco tiempo podían continuar jugando y explorando el lugar, así como también observaron que se alegraban al retomar contacto con la madre. Mientras que quienes tenían apego ansioso no eran capaces de regularse cuando la mamá se alejaba, ni tampoco volvían a regularse cuando la madre volvía a aparecer. Por otro lado, los que tenían apego evitativo no mostraban señales de malestar al alejarse de la madre ni tampoco mostraban señales de alivio al retomar contacto con ella, sin embargo, sí experimentaban altos niveles de estrés, mas no los expresaban.

¿Ahora qué tiene que ver esto con nosotros? Pues el apego no es algo que generamos sólo con nuestros padres, sino que también es algo que generamos con nuestra pareja, lo cual juega un papel fundamental en la relación.

Tipos de apego:

Según el tipo de apego que hayamos desarrollado con nuestros padres, es probable que nos relacionemos con nuestras parejas desde las siguientes veredas:

Apego seguro: Probablemente eres una persona que maneja las relaciones de pareja de manera relajada y no las consideras una fuente principal de preocupaciones. Eres capaz de entender a tu pareja y también encuentras fácil expresar tus necesidades y sentimientos en la relación. Es probable que manejes bien las distancias con tu pareja, manteniendo un equilibrio saludable que te permite estar en paz en tu relación o facilita el establecimiento de una relación duradera.

Apego ansioso: Es posible que experimentes las relaciones de pareja como un torbellino emocional, iniciando tus relaciones con gran intensidad y rapidez. Esta intensidad a menudo se traduce en inseguridad por sentir que tu pareja no está tan comprometida como tú en la relación, lo que puede provocarte una gran angustia cuando tu pareja o la persona que estás conociendo no está cerca o no muestra señales de interés. Esta ansiedad puede llevarte a buscar a esa persona de manera desesperada, y cuando logras contactarla, es probable que expreses tu malestar emocional de formas que luego lamentas.

Apego evitativo: Aunque puedas expresar un deseo de tener una relación, es probable que tu necesidad de independencia y autosuficiencia supere tus esfuerzos por conectar profundamente con alguien. Esto te puede llevar a que, justo cuando las cosas van bien en la relación o se plantea la posibilidad de un compromiso más serio, sientas que la relación te asfixia y busques alejarte. Aunque puedes creer que este distanciamiento es racional y lo manejas de manera adecuada, la teoría sugiere que probablemente estas distancias son bastante grandes y pueden hacer sentir a la otra persona que a ti no te importa la relación o no deseas comprometerte.

Habiendo identificado los tipos de apego, es fácil suponer que el estilo de apego ideal es el seguro y si bien lo ideal es hacer los esfuerzos para ir transitando a este tipo de apego, también es tremendamente útil y sanador comenzar a aprender a cómo manejar de mejor manera el estilo que tenemos actualmente.

Para esto lo mejor que podemos hacer es identificar nuestros gatillos emocionales, es decir, saber identificar cuando se activa nuestro sistema de apego.

Saber identificar cuando se activa mi apego:

A continuación queremos ejemplificar algunas de las situaciones cotidianas que, en caso de tener apego ansioso, se pueden vivir con una gran magnitud emocional o altas dosis de angustia.

Si bien las situaciones descritas a continuación pueden ser desagradables, la diferencia está en la ansiedad o la intensidad emocional que estos eventos pueden gatillar al tener un apego ansioso, como puede ser;

Que tu pareja no conteste tus llamadas a tiempo

Que tu pareja realice planes y no te incluya

Que tu pareja no te muestre en redes sociales

Que no recibas todo el apoyo que quieres en momentos de vulnerabilidad

Que tu pareja comience a prestarle más interés a un pasatiempo

Que tu pareja conozca gente nueva

Que tu pareja no demuestre un claro compromiso

Lo que te puede llevar a…

  • Pensar sólo en tu pareja
  • Recordar sólo lo bueno
  • Ponerlo en un pedestal e infravalorarte
  • Ansiedad que sólo se disipa al contactarte con tu pareja
  • Pensar que no podrás enamorarte de nadie más
  • Encerrarte en el mutismo
  • Provocar celos
  • Manipular
  • Amenazar con terminar la relación

 

Cuando tu sistema de apego se activa es fácil caer en la idea de que tu pareja o la persona que estás conociendo es el amor de tu vida y que no vas a encontrar nadie más, lo que te puede generar bastante ansiedad y una necesidad imperiosa de volver a establecer el contacto como sea.

Si por el contrario, tienes un apego evitativo o tienes rasgos de este tipo de apego, es posible que sin darte ni cuenta generes demasiada distancia en tu relación de pareja o que sabotees la posibilidad de entrar en una relación cuando se presentan situaciones como;

Cambios de humor en la pareja

Tu pareja te pide más atención

Te exigen que pasen más tiempo juntos

Cuando la relación avanza muy rápido

Cuando se tocan temas emocionales o vulnerables

Cuando apuntan a que no estás dando suficiente en la relación

Tu pareja se muestra vulnerable y no sabes qué hacer

Una cita salió demasiado bien

Lo que te puede llevar a….

  • Decir o pensar que no estás preparado para un compromiso.
  • Fijarse en las pequeñas imperfecciones del otro.
  • Comparar a la persona con tu ex
  • Continuar coqueteando con otros.
  • No expresar lo que sientes.
  • Desaparecer varios días
  • Entrar en relaciones sin futuro con personas que ya tienen una relación.
  • Evitar la proximidad física.

 

Como puedes ver los sucesos antes nombrados lo que producen es una “desactivación” del mundo emocional que nos lleva a tomar distancia o incluso a sabotear la relación ante la presencia del compromiso.

Al actuar desde estas estructuras, ya sea ansiosas o evitativas, es complicado concretar relaciones adultas y mucho menos auténticas. Ya que constantemente nos estamos defendiendo de nuestra pareja a través de diferente estrategias y mecanismos defensa.

Claridad como antídoto:

Creo que lo principal a rescatar de esta teoría es lograr identificar dónde nos aprieta el zapato. En este sentido, por mucho que tal vez nos guste la idea de tener una relación abierta o sin nombre, tal vez no sea la mejor idea involucrarnos en una relación así si es que tenemos apego ansioso. Y, en este mismo sentido, quizás al tener este tipo de apego sea mejor expresar con plena claridad qué es lo que buscamos en una relación, como puede ser cercanía, comunicación abierta y constante, claridad sobre a dónde va a la relación y los límites de esta. Por otro lado, si es que tenemos apego evitativo, puede ser buena idea comunicar nuestra necesidad de espacio y ser claros respecto a lo que queremos, que en este caso, tal vez no sea la búsqueda de una relación formal.

Si bien ambos estilos de apego se pueden trabajar, lo que se propone aquí es no ser masoquistas y evitar someternos a algo que sabemos que nos va a dañar.

Lamentablemente el estilo ansioso y evitativo se atraen mutuamente y, de hecho, es el problema de pareja más común, en donde uno de ellos quiere más espacio y el otro quiere más cercanía, creando un ciclo vicioso en donde quien tiene apego evitativo cada vez se siente más ahogado en al relación y quien tiene apego ansiosos cada vez se siente más dejado de lado y en torbellino emocional. La característica principal de este tipo de relación es la constante adrenalina.

No todo tiene que ser mariposas y flechazos:

La misma teoría del apego sostiene que si tenemos apego ansioso lo más sabio sería estar con alguien con apego seguro, ya que son claros respecto a lo que quieren y pueden ser un puente para que una persona con apego ansioso vaya mutando a un estilo seguro. Sin embargo, las personas con apego ansioso encuentran aburridos a quienes tienen apego seguro, ya que no son relaciones caracterizadas por la intensidad ni la presencia del drama emocional. Mientras que por el contrario, se sienten tremendamente atraídas por quienes tienen apego evitativo, ya que son relaciones que comienzan con mucha intensidad, pero que con mucha facilidad sufren un declive cuando quien tiene apego evitativo se le activa su miedo al compromiso.

Por esta razón, si tienes apego ansioso tal vez la mejor sugerencia es permitirte transitar por esa sensación de aburrimiento inicial y en vez de esperar un flechazo, construir una relación que sea sana para ti en base tus necesidades emocionales.

Mientras que quienes tienen apego evitativo, suele ser de gran ayuda considerar que el enamoramiento no es lo único y entender que cuando su interés declive drásticamente, no significa que la relación se haya acabado, sino que puede ser un signo de que se está profundizando. Permitirse atravesar por esa sensación de que la relación se está acabando sin terminar la relación, sino que abriéndose a trabajarlo, puede ser un tremendo paso para comenzar a vincularnos de otra manera.

En resumen, si tienes apego ansioso o evitativo, es recomendable tener precaución con la adrenalina en las relaciones y mejor cultivar relaciones estables desde la claridad de nuestras intenciones.

Espero haber podido aportarte un poco de claridad respecto al tema de las relaciones,

Buen domingo!

Ignacio.

Imagen del autor

Quién soy yo?

Soy Ignacio Urzúa, y me dedico a algo muy simple, pero poderoso: ayudarte a soltar el peso que no es tuyo. Trabajamos juntos, uno a uno, para desarmar patrones y creencias que vienes cargando desde tu infancia y que hoy te frenan. Esos bloqueos que sabotean tus relaciones, tu tranquilidad y hasta tu autoestima tienen un origen, y mi trabajo es acompañarte a encontrarlo y liberarlo.

No te prometo milagros, pero sí claridad. Mis consultantes suelen decir que estas sesiones son como quitarse una venda de los ojos: descubren cómo la historia familiar que cargaban estaba dictando sus decisiones y repitiéndose en su vida. Si estás listo para dejar de pelear con el pasado y empezar a vivir la vida que quieres en vez de la que quieres, aquí estoy. 

Formación integral en Transgeneracional

Llega a la raíz de los conflictos emocionales que te frenan y aprende a guiar a otros en su sanación. Aquí no hay atajos, solo herramientas reales para transformar vidas, empezando por la tuya.

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