¿Aún no te suscribes?

Se parte de mi lista de lectores y recibe mi contenido en tu correo cada domingo. 

Rompe patrones sin tanto cuento

Hablemos con claridad.

Cortar un patrón no es magia.

No es que nunca vuelvas a caer en el mismo ciclo. Tampoco es que tus hijos o nietos queden inmunes por los siglos de los siglos.

Cortar un patrón es algo mucho más simple, pero también mucho más poderoso:

Es aprender a darte cuenta de cuándo estás cayendo en los mismos pensamientos, emociones y acciones… y frenarlo.

El problema es que esto no se puede hacer si no te conoces. Si no te cuestionas.

Los patrones no salen de la nada.

Vienen de tu historia familiar.

Por ejemplo:

Si tu mamá creció en un entorno donde sus hermanos eran siempre lo más importante, probablemente encontró parejas que la hicieron sentir igual: “Lo importante es el otro, no yo.”

Y sin darse cuenta, es posible que te haya transmitido esa misma narrativa.

Esa creencia de que tus necesidades no importan.

¿El problema? Este tipo de narrativas son el caldo de cultivo perfecto para terminar siendo pareja de Peter pan

Terminas con parejas que no te valoran, o peor, que te ven como una madre más que como una compañera.

Y aquí es donde entra lo que realmente corta el patrón:

Cuestionar.

Casi todos decimos haber tenido una linda infancia, pero eso es solo un parche para no mirar y seguir repitiendo lo mismo de siempre.

Decir que fue bonita no elimina las veces que tus necesidades fueron anuladas.

Revisar duele.

Te das cuenta de cosas que preferirías no ver.

Pero también es liberador. Porque es la única forma de cambiar.

Y aquí vienen los tres pasos clave:

Todo empieza con mirar hacia atrás.

La infancia que recuerdas como “bonita” no siempre lo fue, pero seguimos justificándola. Decimos que estuvo bien, aunque nos hayan dejado a cargo de cosas que ningún niño debería cargar, como cuidar a un hermano menor cuando apenas entendíamos cómo cuidarnos a nosotros mismos. Incoherencia se llama. Y por ahí empieza el cambio: reconocer lo que no permitirías que te volvieran a hacer. Que tus necesidades sean anuladas. Que lo que importa siempre sea lo de los demás.

Después viene otra pregunta incómoda: ¿Qué no volverías a hacer tú? Porque, sin darte cuenta, quizá has repetido esa dinámica. Tal vez sigues diciendo “sí” cuando deberías decir “no”. Tal vez dejas de lado tus amigos, tus sueños o incluso tu propia vida por alguien más.

Y luego, lo más difícil: Preguntarte ¿Qué es lo que no te volverías a hacer? Y para eso es necesario observar la narrativa interna. Esa voz que insiste en recordarte que no eres suficiente. Que lo que haces nunca es valorado, que siempre podrías dar más, que no importa cuánto hagas, nunca será suficiente.

Entonces, justo en el paso tres detente y pregúntate:

¿Le hablaría así a alguien que digo querer?

¿A mi hijo, a mi mejor amigo? La respuesta, por supuesto, es no.

Ahí es donde ocurre el verdadero cambio: cuando empiezas a tratarte como tratarías a ellos en vez de cómo te trataron.

¿Esto significa que nunca más vas a caer en lo mismo?

No. Pero sí significa que en vez de tardar 20 años en darte cuenta, ahora tardas una semana, un día o incluso un par de horas.

Y en ese momento puedes elegir actuar diferente.

Eso sí es transformador.

Y es esto lo que propongo.

Es el trabajo que hacemos en las sesiones y en la formación.

Un proceso tangible, real y aplicable.

Y si me preguntas si esto afecta las generaciones siguiente, mi respuesta es que sí ¿Por qué? Porque la forma en que resuelves tus conflictos es la mejor masterclass para tus hijos de cómo hacer lo mismo.

Gracias por leerme,

Un abrazo

Ignacio.

PD: Si te interesa aprender estas herramientas para realmente acompañar a tus consultantes a cortar patrones de raíz, aquí es [Formación de transgeneracional integral]

Imagen del autor

Quién soy yo?

Soy Ignacio Urzúa, y me dedico a algo muy simple, pero poderoso: ayudarte a soltar el peso que no es tuyo. Trabajamos juntos, uno a uno, para desarmar patrones y creencias que vienes cargando desde tu infancia y que hoy te frenan. Esos bloqueos que sabotean tus relaciones, tu tranquilidad y hasta tu autoestima tienen un origen, y mi trabajo es acompañarte a encontrarlo y liberarlo.

No te prometo milagros, pero sí claridad. Mis consultantes suelen decir que estas sesiones son como quitarse una venda de los ojos: descubren cómo la historia familiar que cargaban estaba dictando sus decisiones y repitiéndose en su vida. Si estás listo para dejar de pelear con el pasado y empezar a vivir la vida que quieres en vez de la que quieres, aquí estoy. 

Formación integral en Transgeneracional

Llega a la raíz de los conflictos emocionales que te frenan y aprende a guiar a otros en su sanación. Aquí no hay atajos, solo herramientas reales para transformar vidas, empezando por la tuya.

Otros escritos