La mayor parte de lo que hago y en lo que más invierto tiempo está orientado a la búsqueda de claridad mental.
Honestamente, creo que la claridad es un super poder que contrarresta gran parte del estrés y la inseguridad a la que muchas veces estamos expuestos como sociedad.
Y a mi manera de ver las cosas, creo que hay dos grandes maneras de obtener claridad que me gustaría compartir contigo.
Da una pausa y toma el aprendizaje:
Recientemente tuve que hacer un cambio radical en mi vida, que es mostrarme al mundo como Ignacio Urzúa en vez de Ignacio Grez. Si bien esto fue un tremendo debate interior en mí que me llevó todo un año resolver, ya que había una serie de lealtades (culpas) y miedos que me impedían hacer el cambio, hubo un miedo en particular que afortunadamente no tocó mi puerta; el de volver a empezar.
Del total de personas que me siguen en las distintas plataformas, quizás sólo un 10% tiene alguna mínima noción o recuerdo de quién soy o por qué me sigue. Y de ese 10% de personas, tal vez sólo la mitad se enteró de este cambio de nombre. En consecuencia, se podría decir que estoy comenzando de nuevo.
Y este es el punto de este escrito; volver a comenzar no es algo que nos debiera asustar porque nuestros aprendizajes no se pueden desvanecer. No es lo mismo iniciar una relación de pareja por primera vez sin experiencia previa, que empezar a conocer a alguien después de varias relaciones. En ambas situaciones, hay aprendizajes.
Lo mismo ocurre al iniciar el primer trabajo o ensayo en comparación con el segundo, a pesar de comenzar desde cero. Esto también aplica a la creación de una empresa, un libro o cualquier proyecto.
Dedico una sesión completa en mis acompañamientos 1 a 1 a este tema, revisando las relaciones más importantes de pareja que hemos tenido, tratando de responder a tres grandes preguntas: ¿qué se ha repetido en mis relaciones? ¿en qué momento me desconecté de la relación (ya sea dejando de ser yo o perdiendo interés)? y ¿Cuál es el aprendizaje de estas relaciones?
Un claro ejemplo de esto, muy común en mis sesiones, es acompañar a personas que se dan cuenta de que en todas sus relaciones han estado jugando a “salvar” a su pareja, haciéndose cargo de su estado anímico o “levantándolo” de un divorcio/quiebre reciente.
Lamentablemente, esto solo lleva a que estas personas se pierdan a sí mismas, descuidando su propia vida y convirtiendo a su pareja en algo similar a una adicción que hace que su día depende del estado de ánimo de otra persona. Darse cuenta de esta situación, comprender su origen (patrones familiares como, por ejemplo, sentir que era nuestro deber proteger a uno de nuestros padres) y aprender a utilizar esa enorme cantidad de energía que emprendemos en otros en nosotros mismos, crea tremendos cambios.
Una vez que identificamos el aprendizaje, se abre una puerta para romper ciclos viciosos y permite abordar nuevas relaciones desde una perspectiva completamente diferente, o transformar las relaciones actuales. Tomar los aprendizajes del pasado.
La experiencia, tener claridad sobre los pasos a seguir y los que no, y haber recorrido ese camino antes no solo ayuda a progresar más rápido que las veces anteriores, sino que también permite atravesar estas etapas con tranquilidad porque se entiende el camino que debemos recorrer.
Considera otros puntos de vista sin perder el tuyo.
En la formación integral de transgeneracional que estoy impartiendo, una estudiante a modo de pregunta planteó que cada terapeuta tiene su visión de qué es lo correcto y que se le hacía difícil decidir quien tiene la razón. Mi respuesta fue que cada uno tiene sus razones, pero que no hay porqué seguir las razones de nadie más que las propias. En realidad, el rol del terapeuta es acompañar al consultante a encontrar su propia coherencia y claridad, no imponer la suya o la de un enfoque o teoría.
Es fácil dar o recibir consejos, pero generalmente los consejos nos causan más confusión que otra cosa, ya que cada persona es distinta y lo que para mí es correcto, no significa que para ti lo sea. Cada quien debe encontrar su propia verdad. Por ende, creo que escuchar a otras personas, sobre todo a quienes ya superaron el obstáculo que estamos enfrentando, debe ser teniendo en plena consideración de que somos personas totalmente distintas, y lo que funciona para él o ella no necesariamente funcionará para nosotros, pero puede ser una pequeña guía que nos ayude a dar el siguiente paso con mayor claridad.
En resumen, lo que intento decir es que no tengas miedo a volver a empezar, porque honestamente nunca volverás a comenzar de cero y tu progreso en cualquier área será mucho más eficiente que hace 10 años atrás, gracias a tu experiencia. Y por otro lado, escucha otros puntos de vista, especialmente de personas que se manejan en esa área, pero siempre como guía y no necesariamente como método.
La vida misma es un ciclo infinito de comienzos y finales, días y noches. Parece que la mejor manera de navegar estas estaciones y cambios es teniendo claridad sobre lo que viene, simplemente observando los ciclos que ya transcurrieron.
Un abrazo,
Ignacio.