Si te sentiste identificada con la herida del rechazo y también con la herida de la traición, me gustaría explicarte cómo funciona la inconsciencia en ti, es decir, el ego. Claramente esta no será una descripción prececisa sobre ti, pero es muy probable que te sientas altamente identificada.
Desde estas heridas es muy probable que sientas que tu pareja no está comprometida contigo, que no tiene un plan a futuro. También sentirá que tu pareja no propone nada, y que tu siempre tienes que planear todo, lo que probablemente te hace sentirte aún más sola en la relación, como si remaras por tu propia cuenta. También es probable que sientas que tu pareja miente, que no es veraz contigo en temas económicos, cada indicio o conversación con otra pareja para ti será argumento suficiente para sospechar una infidelidad. Posiblemente verás a tu pareja como un niño o una niña, y lo más probable es que hayas asumido un rol maternal basado en la crítica, siendo muy perceptiva en las carencias de tu pareja, en lo que debe y no debe hacer.
En las discuciones te trasladas directamente a los peores escenarios, convenciendote de que tu pareja te va a dejar, esto atenta directamente a tu miedo más profundo, que es la desvinculación. El problema de además tener la herida del rechazo, es que cualquier discución te lleva a pensar que habrá una separación, lo cual genera muchísima ansiedad.
Es posible que tengas miedo a no volver a ser querida y eso te mantenga atada a una relación sin importar el nivel de tóxicidad. Lo cual es distinto a la herida del abandono, ya que tu miedo no es precisamente la soledad, sino la falta de amor.
La herida del rechazo esconde muchísimo odio interno hacia la madre en caso de ser mujer, o hacia el padre en caso de ser hombre, mientras que la herida de la traición implica una total y absoluta admiración al progenitor del sexo opuesto. Es decir, un amor desmedido al padre en caso de ser mujer y un amor desmedido a la madre en caso de ser hombre. La misma idolatría al padre implica un profundo rechazo hacia la madre, ya que no está a la “altura”. Asimismo, idolatrar al padre, siendo mujer, implica insatisfacción en las relaciones ya que ningún hombre estará a la altura.
Para disminuir el efecto de estas reacciones te recomiendo realizar los ejercicios del Ebook tanto de la herida del rechazo como de la traición.
Ejercicios recomendados:
- Date el tiempo de cuestionar la relación con tu madre. Probablemente te sentiste muy criticada por ella, pero de ser así, considera que ella fue la única que posiblemente puso un limite.
- Cuestiona la relación con tu padre. Es imperativo que dejes de verlo como un héroe si quieres sanar esta situación.
- Permitete ser vulnerable frente a tu pareja. Desde la herida de la traición y rechazo se limita la intimidad y conexión emocional al entederlas como “debilidad”, pero la verdad, la fortaleza es la capacidad de expresar nuestras emociones, superar nuestra vergüenza o miedo y comunicar lo que sentimos.