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Estás a dos semanas de ser libre

Pienso bastante sobre el concepto libertad

De hecho, la búsqueda de libertad fue la que me llevó a querer sanar.

Quería ser libre de elegir una relación de pareja estable, en vez de continuar eligiendo inconscientemente relaciones que no iban para ninguna parte

Quería ser libre de tomar distancia de lo que me dañaba, en vez de mantener relaciones con ciertas personas por culpa o por deber ser.

Quería ser libre de experimentar abundancia en todos sus sentidos, en vez de continuar autosaboteandome producto de miedos e inseguridades internas.

Quería ser libre de decidir cuándo darme tiempos libres sin sentir la presión de tener que estar haciendo algo productivo.

Lo que me llevó a concluir que para ser libre es necesario limitarse.

Sí, por milésima vez otra lógica paradójica.

Limitarse pareciera ser lo contrario a la libertad, sin embargo en realidad es el camino a ella.

¿Cuántas veces quisiste decir que no pero terminaste diciendo que sí por culpa?

¿Cuántas veces escuchaste esa voz interna (intuición) en ti que te decía que debías salir de esa relación pero te quedaste igual?

¿Cuántas veces dijiste que “no podías” en vez de decir la verdad “no quiero / no tengo ganas”?

¿Cuántas veces estuviste a punto de empezar ese proyecto creativo pero te frenaste por el miedo al fracaso?

Por lo que la real pregunta es: ¿Hasta cuándo vas a negociar contigo?

Hoy en día en todos lados se habla de los famosos límites, hay cientos de artículos, post y reels que hablan sobre cómo ponerle límites a los demás. Incluso es un recurrente en terapia, pero puedo decir toda autoridad y certeza que los límites que establecemos con los demás no sirven para nada.

Los únicos límites que sí funcionan y que sí generan grandes cambios en nuestra vida son los que nos ponemos a nosotros mismos.

De nada sirve decirle al mundo que vas a dejar de “estar con personas no disponibles emocionalmente” “personas que ya tienen un relación” “relaciones a distancia” “tolerar maltrato psicológico, económico o físico” “ser servicial” “hacer cosas que no quieres”, si al final del día continuarás haciéndolo.

Los cambios vienen a través de las acciones. Estos a veces son empujados por el dolor (generalmente traumas) o por grandes periodos de reflexión (terapia, desarrollo personal, filosofía, espiritualidad, etc). Pero ni el dolor ni la reflexión sirven de nada si es que no nos llevan a modificar nuestra conducta; a hacer las cosas diferente.

Como por ejemplo; partir por ser leales a nuestra palabra.

Si dices querer una relación de pareja estable, tal vez el primer paso es cortar de raíz con todo lo que no te dirija a ahí.

Dejar de decir que sí a relaciones que sabes, que realmente sabes, que no van para ningún lado o que no son beneficiosas para ti.

Establecer coherencia entre lo que decimos y hacemos.

No digo en ningún caso que esto sea fácil, pero claramente es el camino más corto.

En este proceso tal vez muchas personas se van a enojar contigo si es que dejas de estar siempre disponible como antes,

si es que dejas de solucionarle la vida a tu entorno o si es que simplemente dejas de asistir a lugares que no tienes ganas de ir.

Pero ¿sabes qué? Déjalos que se enojen.

Durará máximo dos semanas y luego se les va a pasar, van seguir queriéndote, sin embargo, hay algo que les va a quedar muy claro; ya no estás siempre disponible, ya no estás para malos ratos ni malos tratos.

Es un win-win.

Tal como dice mi página web: “Estás a un cambio de percepción de sanar”.

Cambia tu percepción sobre los límites.

Establécelos contigo.

Cúmplelos.

Y verás cómo todo empieza a cambiar a medida que tu modificas tu conducta.

Un abrazo,

Ignacio.

Imagen del autor

Quién soy yo?

Mi nombre es Ignacio Urzúa, me dedico a realizar acompañamientos uno a uno para ayudar a las personas a identificar y romper patrones de pensamiento y comportamiento repetitivos que limitan su vida. Me centro en explorar la infancia y la historia familiar de mis consultantes para entender y abordar los conflictos recurrentes en sus vidas.

Los beneficios de este acompañamiento incluyen el desbloqueo de obstáculos en las relaciones, la mejora de la calidad de las relaciones, la identificación de creencias limitantes, la reducción del estrés y el fomento del amor propio. La mayoría de mis consultantes describen las sesiones como un gran despertar, al darse cuenta hasta qué punto repetían su historia familiar y dirigían su vida en base a sus heridas de infancia.

Estaré encantado de acompañarte en tu proceso. 

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