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Claridad: la clave para romper patrones

Creo que hay un montón de eventos y situaciones dolorosas en nuestra vida, pero hay algo en particular que hace que nuestros dolores se exacerben hasta tal punto que terminan generando un ardor constante, transformándose en algo que no sólo no podemos cerrar sino que también repetimos una y otra vez. Esto es lo que produce la falta de claridad, el no entender qué es lo que está pasando.

Un duelo es casi imposible de cerrar si no sé qué pasó con esa persona, y esta es una de las muchas razones por las cuales necesitamos ver al difunto en su ataúd y así poder comenzar a procesar y cerrar la experiencia.

Ahora pensemos qué ocurre en nosotros con todos esos pensamientos, emociones y acciones que no entendemos de dónde vienen. Pues pasa exactamente lo mismo, se hacen cada vez más intensos con el tiempo y además tienden a repetirse, algo que el psicoanálisis llama “compulsión a la repetición”, en donde más nos duele: nuestras relaciones más significativas (pareja, hijos, amigos, etc.)

Entender el pasado para entendernos:

Si lo que buscamos es detener este constante ciclo de repetición que nos lleva a experimentar el mismo dolor en diferentes lugares, es necesario buscar nuestro traje de detective e ir al fondo del asunto. A la raíz a desenterrar esos recuerdos y emociones que en el pasado no nos permitimos procesar.

Para esto, lo que suelo hacer en mis sesiones 1:1, es identificar el último conflicto que tuvimos con nuestra pareja, en nuestro trabajo o con nuestros padres, aplicando toda la curiosidad posible respecto a qué pensamos de la situación en ese momento, como por ejemplo “esta situación es injusta” o “me agota el drama”, y luego centrarnos en qué fue lo que sentimos en esa ocasión, como puede ser angustia, ira o impotencia, para luego preguntarnos cuál fue la emoción que sentimos y en qué parte de nuestro cuerpo se manifestó (por ejemplo, tristeza en la garganta, rabia en el pecho, miedo en el estómago).

Por último, propongo cerrar los ojos y buscar dos o tres recuerdos en nuestro pasado en que hayamos sentido exactamente la misma emoción, en el mismo lugar y con la misma intensidad, es decir, buscar escenas en que, por ejemplo, hayamos sentido esa misma rabia profunda en el pecho al pensar que “nos agota el drama”.

Una vez hayamos hecho este ejercicio, es cuando inicia el real trabajo de detective que es unir puntos, como si se tratara de esas típicas pizarras con hilos rojos que usan en las películas, preguntándonos ¿qué tienen en común estas tres escenas (la de nuestro presente y las dos que recordamos).

Ahí es cuando la repetición se hace evidente y podemos encontrar fácilmente tres similitudes: el conflicto es con alguien del mismo sexo (siempre son hombres o siempre son mujeres), pensamos exactamente lo mismo, y sentimos lo mismo. A distintas edades y en distintos contextos experimentamos EXACTAMENTE el mismo conflicto.

Pero hay una última gran repetición que generalmente nadie ve. Y es que a los diferentes eventos reaccionamos EXACTAMENTE igual.

Claridad:

Así es como eventualmente vamos obteniendo mayor claridad de que lo que realmente se repite somos nosotros reaccionando de la misma manera, pensando y sintiendo exactamente lo mismo. Y además, aplicando la misma solución, que puede ser evitar el conflicto haciendo como que nada ha pasado, terminar la relación, generando drama o satisfaciendo las necesidades de los demás en vez de las nuestras u otro.

Como puedes ver, la forma de cortar con las constantes repeticiones es en primer lugar obtener claridad sobre qué es precisamente lo que estamos repitiendo compulsivamente, para luego darnos cuenta de qué manera hemos intentado solucionar ese mismo conflicto, que hasta el momento no ha funcionado, para en último lugar cuestionarnos qué es lo mejor que podríamos hacer cuando se presentan estos escenarios.

Este proceso si bien lo realizo en sesión en muchísima más profundidad, sugiero fervientemente que, de la manera que mejor te resulte, intentes aplicarlo en tu día a día. Mientras mayor claridad tengas sobre el porqué de tus formas de pensar, sentir y actuar, más libre serás de elegir la vida que quieres en vez de continuar repitiendo siempre lo mismo.

Que tengas un buen domingo,

Ignacio..

Imagen del autor

Quién soy yo?

Mi nombre es Ignacio Urzúa, me dedico a realizar acompañamientos uno a uno para ayudar a las personas a identificar y romper patrones de pensamiento y comportamiento repetitivos que limitan su vida. Me centro en explorar la infancia y la historia familiar de mis consultantes para entender y abordar los conflictos recurrentes en sus vidas.

Los beneficios de este acompañamiento incluyen el desbloqueo de obstáculos en las relaciones, la mejora de la calidad de las relaciones, la identificación de creencias limitantes, la reducción del estrés y el fomento del amor propio. La mayoría de mis consultantes describen las sesiones como un gran despertar, al darse cuenta hasta qué punto repetían su historia familiar y dirigían su vida en base a sus heridas de infancia.

Estaré encantado de acompañarte en tu proceso. 

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