¿Realmente ves la vida con tus propios ojos?
Los problemas de nuestro día a día, por muy únicos que parezcan, no lo son. Generalmente responden a una línea genealógica que desconocemos, y que sin darnos cuenta dirige gran parte de nuestras decisiones para bien o para mal.
Respondemos a conflictos familiares
Los problemas de un hermano mayor que nació en una familia de tres hermanos con un padre ausente, son muy diferentes a los de quien nació en una familia con ambos padres presentes “físicamente” pero ausentes emocionalmente.
Un hermano mayor perteneciente a una familia donde el padre es ausente, se verá “obligado” por el sistema familiar a asumir la vacante que existe en la familia. Probablemente desde muy niño será el padre simbólico de sus hermanos y también sentirá un gran sentido de responsabilidad con su propia madre. Sin importar las características propias de este niño, que tal vez sea alguien tremendamente sensible, intuitivo, analítico, lúdico y soñador, el sistema familiar necesita a alguien que sea estructurado, resolutivo, perfeccionista y controlador para que pueda reemplazar al padre. Y aquí es cuando entra la pregunta ¿qué será más fuerte? ¿Las necesidades del sistema o la esencia del niño? Generalmente lo son las necesidades del sistema.
Ahora pensemos que este mismo hermano mayor, con todas las responsabilidades y el tremendo peso que asumió desde niño, luego de unas décadas se transforma en padre. Un padre que si bien está presente físicamente con su hijo, no lo está emocionalmente, porque sigue aferrado a tener que cuidar de sus hermanos, se sigue sintiendo responsable de hacerle compañía a su madre, sigue creyendo que su rol es solucionar los problemas y a pesar de que quisiera ser cariñoso con sus hijos, no puede. Está bloqueado.
El resultado de esto, es que su hijo va a sentir que tiene un padre ausente que no lo ve, al igual que su propio padre sintió con su abuelo. Por lo que, lamentablemente, este niño va a crecer con la creencia de que “las personas que me quieren no me ven”. Experimentando las consecuencias de esto en sus relaciones de pareja, amistades, trabajos, etc. Y sin darse cuenta, buscará inconscientemente ser visto por su padre.
¿Cómo? Realizando sus sueños, cumpliendo las metas que ese padre no pudo cumplir, mirándose a través de los ojos del padre.
Así es como se genera un patrón familiar, y tal como puedes ver, las cosas que nuestros padres vivieron con los suyos, no son inocuas. Es ahí el porqué de muchas de nuestras preguntas.
Nuestra visión de mundo no es aparte de nuestra familia.
Nuestra visión de mundo en realidad es la visión de mundo que nuestros padres nos traspasaron a nosotros, de la misma manera que sus propios padres les traspasaron su propia percepción de la realidad. Por lo que si queremos entender y descifrar las limitaciones que tiene nuestra perspectiva y las creencias que tenemos sobre el mundo, necesitamos mirar nuestra historia familiar. De otra manera, es como si estuviéramos vendados. Creemos estar eligiendo lo que queremos, pero en realidad estamos eligiendo lo que otros quieren de nosotros.
Si alguna vez te has preguntado por el origen de tus miedos, pensamientos recurrentes o formas de actuar, te invito a mirar tu historia familiar. Ahí están las respuestas.
Puede que nunca te hayan sido infiel, pero a tu madre sí. Y tal vez ahí está tu necesidad de control y desconfianza con tus parejas.
Puede que tus padres sí te hayan reconocido como hijo, pero a tu padre no. Y tal vez por eso siempre te has sentido ajeno, que no encuentras tu lugar.
Puede que nuestra madre haya estado presente físicamente, pero nunca la sentimos cercana ¿por qué? Porque tal vez tuvo que hacer el rol de madre con sus hermanos, en vez de con nosotros.
Muchas de las respuestas que buscas están en tu propia historia familiar.
Conócela para que puedas entender de dónde vienen realmente los conflictos de tu día a día.